Por todos los santos, lo que me he podido divertir haciendo buñuelos! Aunque al principio más que buñuelos me salían CHURRUÑUELOS (un churro total de buñuelos)… luego, poquito a poco, les fui cogiendo el truco… os cuento cómo hice este postre tan tradicional, ideal para tomar mañana por la tarde, cuando haya pasado esta terroríiiifica noche!
INGREDIENTES:
- 250 ml de agua
- 70 g de mantequilla
- 125 g de harina
- 4 huevos
- Una pizca de sal
- 1 cucharada de azúcar
- Azúcar glas
Para la crema pastelera:
- 4 yemas de huevo
- 125 g de azúcar
- 45 g de Maizena
- 500 ml de leche
- 1 vaina de vainilla
ELABORACIÓN:
1. Para hacer la crema pastelera: mezclamos las yemas con el azúcar en un bol. Añadimos la Maizena y mezclamos. Calentamos la leche, infusionándola con la rama de vainilla partida por la mitad a lo largo, hasta que hierva. Retiramos la vaina de vainilla y dejamos templar un poco. Agregamos la leche caliente al bol con la mezcla anterior y seguimos removiendo. Pasamos la mezcla a un cazo y cocinamos a fuego suave hasta conseguir que espese. La dejamos enfriar y reservamos.
2. Para hacer los buñuelos: ponemos a hervir el agua con la sal, el azúcar y la mantequilla en un cazo hondo. Echar de golpe la harina y mover con una cuchara de madera hasta formar una bola que se despegue de las paredes. Enfriar ligeramente y mezclar los huevos uno a uno (no añadir el siguiente hasta que no se haya absorbido el anterior.
3. Con 2 cucharitas (cucharitas, no cucharas, porque van a duplicar su tamaño… yo empecé a formarlos con cucharas… y así salían de churruñuelos…) vamos formando unas bolitas que vamos dejando caer en el fondo de la sartén, con abundante aceite caliente que no demasiado caliente. Las dejamos caer una al lado de otra, pero separadas por lo que crecen.
4. Ahora es cuestión de paciencia, espera y verás: primero van al fondo, donde los dejamos, luego se inflan, suben y se quedan ahí flotando. De repente, ellos solitos se dan la vuelta y al ratito revientan por un lado. Tienen que quedar bien dorados, huecos y con el doble de su tamaño inicial.
5. Los cortamos con unas tijeras por donde se hayan abierto y los rellenamos de la crema pastelera, con la ayuda de una manga. Por último, los espolvoreamos con el azúcar glas.
Y DESPUÉS A DAR UN PASEITO POR EL MONTE HASTA LA CASCADA DEL PURGATORIO (El Paular, Madrid), jaja, eso sí, bonita es un rato!!!