Ni dulce, ni salada, típica de Marruecos (de hecho, es quizás su receta más famosa), se hace para agasajar a los
invitados en ocasiones especiales, así que yo, sin pichón pero con pollo he
invitado a mis más importantes invitados y la hemos disfrutado de lo lindo.
Y hablando de recetas árabes, ya conocéis a Dee Dee, la mora de la morería de mi casa... ayy lo que quiero a esta gatita mia, si vieráis lo buena que es... es todo amor, cuando Gus llora ella viene corriendo a donde yo estoy a avisarme, bueno ahora ya no llora así pero cuando era bebe, no fallaba. Y todas las mañanas (excepto las del fin de semana) tres minutos antes de que suene mi despertador, está encima de mí, haciéndome cosquillitas con sus desordenados bigotitos, de verdad, para mi no hay despertar mejor… aunque sean las 6:27 de la mañana!!!
- 250 gr. de
pollo (el mío era como medio pollo que me quedó de un asado. Los 250 g son ya
limpio y picadito sin huesos ni piel)
- 2 cucharadas
de piñones
- 3 cucharadas
de pasas
- 1 copa de
vino dulce
- 1 huevo duro
- 1
cucharadita de Ras el Hanout(una maravillosa mezcla de especias marroquí, muy famosa
y que encontraréis en cualquier tienda de especias)
- Azúcar glas
y canela en polvo.
ELABORACIÓN:
1. En una
sartén ponemos el pollo picadito con el Ras al Hanout, las pasas, los piñones y
el vino dulce. Reducimos el vino y apartamos del fuego. Rectificamos de sal y
le añadimos el huevo duro troceado.
2. En un molde
redondo, ponemos 6 hojas de pasta
Filo en forma de abanico, cubriendo todo el borde del molde. Rellenamos
con la farsa de pollo y tapamos con 3 hojas más de pasta filo.
Ayudándonos con unas gotas de agua cerramos la pastela.
3. Horneamos a 180º hasta
que quede doradita, unos 10 minutos. Le
espolvoreamos azúcar glas y canela por encima.